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    Higienista lo confirma: vajilla libre de coronavirus tras un ciclo de lavado en un lavavajillas Meiko

    , Categoría Empresa
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    La seguridad higiénica de la tecnología de lavado Meiko debe considerarse un proceso seguro para la inactivación del coronavirus. Es, por tanto, un proceso eficaz contra este nuevo virus.

    Por esa razón, Meiko China ha donado máquinas a la ciudad de Huanggang, una de las poblaciones más afectadas por el brote de virus.


     «Con nuestra tecnología y nuestros conocimientos técnicos queremos –y podemos– contribuir a limitar la acción del virus.» En este sentido, la empresa puede aportar sus conocimientos y su experiencia de más de 90 años no solo en materia de tecnología de lavado sino también en el área de los productos médicos y en la tecnología de limpieza y desinfección.

    La seguridad higiénica, también en la tecnología de lavado, tiene la máxima prioridad en casos de pandemia

    En casos de pandemia suele pensarse directamente en clínicas y no en que la propagación de patógenos puede producirse sobre todo en otras áreas públicas, como restaurantes y cantinas: «La vajilla y los cubiertos han sido y siguen siendo considerados puntos críticos en la gastronomía», indica el profesor universitario Friedrich von Rheinbaben, higienista y virólogo. De ahí que todas las cantinas, restaurantes y establecimientos que proporcionan alimentos deban ser capaces de lavar de forma higiénica y segura.

    La limpieza higiénica de la vajilla y los cubiertos es una de las principales competencias de Meiko. Precisamente en el caso del coronavirus -un virus encapsulado, mdotado de una envoltura- el fabricante de lavavajillas puede garantizar la seguridad higiénica y la inocuidad de la vajilla. «Un lavavajillas comercial Meiko, junto con los medios especiales utilizados, el mecanismo de lavado especial y la alta temperatura del agua puede hacer frente sin problemas a los agentes patógenos», prosigue Friedrich von Rheinbaben. «Las máquinas de Meiko son capaces de limpiar la vajilla y los cubiertos de modo que pueden reutilizarse tranquilamente, incluso si han sido utilizados antes por personas infectadas o enfermas.»

    En el caso del coronavirus, además de la tecnología de lavado rigen también mayores medidas y exigencias higiénicas que debe cumplir el personal de lavado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado máxima importancia a la higiene de las manos y recomienda lavarse las manos regularmente y a fondo con jabón o medios a base de alcohol. Para el personal de lavado profesional, son aplicables además otras reglas de higiene, como el uso de ropa de trabajo especial y guantes para la manipulación de vajilla, cubiertos, bandejas y otros utensilios usados -y, por lo tanto, eventualmente contaminados.

    Meiko China dona máquinas a la ciudad de Huanggang

    Para aumentar la seguridad higiénica en Huanggang, una de las ciudades más afectadas por el brote del virus, Meiko China donó dos lavavajillas de capota y tres máquinas de limpieza y desinfección. Thomas Hegenberg, director general de Meiko China, comentaba al respecto: «Estamos siguiendo muy de cerca la oleada de infecciones y la lucha diaria que se está llevado a cabo contra el virus, así que enseguida lo hemos tenido claro: ¡Si con nuestra tecnología podemos contribuir a mitigar los daños, naturalmente que ayudaremos.» Ya en otros casos de pandemia anteriores, Meiko ha mostrado su compromiso donando soluciones técnicas y contribuido activamente a llevar ayuda a aquellas regiones en crisis.

    Meiko como empresa empleadora

    Los brotes afectan también a Meiko en calidad de empresa empleadora. Al fin y al cabo, cuenta con empleados en todo el mundo y 200 de ellos trabajan en China, el país que se vió especialmente afectado al principio de la pandemia. En este país rigen estrictas reglas de higiene con mediciones de la temperatura y la obligación de usar mascarillas. «Para ayudar y proteger a nuestros empleados in situ hemos enviado por avión una gran cantidad de máscaras de protección respiratoria de la clase de protección más alta», informa el doctor en ingeniería Stefan Scheringer.